Viajar. Sin ninguna duda. Lo mejor que puede hacer un grupo de locos por esta pasión, de fanáticos de un equipo, de unos colores, de un sentimiento.
Desde la creación de Leyales, se tenía marcada esta fecha para realizar el que iba a ser el primer viaje oficial del grupo, y como no podía ser de otra forma, una quincena de machotes nos embaucamos en el que sería un cojonudísimo e inolvidable viaje. Alicante era un destino perfecto para empezar a colgar por todos los campos de España nuestra recién estrenada pancarta.
Viaje largo, de los que tienen mérito, de los que nos gustan. Donde se pueden vivir mil y una anécdotas, vivencias y amistad con los compañeros de grada. Con aquellos que año tras año estamos presentes, con los que siempre viajan, con los que nunca fallan y con los que vives situaciones que se quedaran para siempre en nuestras retinas.
Porque como os imaginareis, un fin de semana da para mucho. Sería imposible contar todo lo sucedido. Unas cosas porque no se pueden contar, y otras porque no acabaríamos nunca.
El viaje de ida no podía ser de otra forma… Miles de paradas en estaciones de servicio, otras incluso en medio de la nada… Citar que estuvimos al borde de la muerte, ya que nos encontramos por medio de una carretera un coche en dirección contraria. Recorremos kilómetros, superamos obstáculos…
Nos alojamos en un hotel, aunque algunos no pisaron ni la cama. Unos crían la fama y otros cardan la lana… sobran las palabras.
Estuvimos durante todo el prepartido, por los alrededores del campo, bebiendo cerveza como buenos leyales y… ¡cojones! ¡Cómo tiene que ser! … Hasta que nos juntamos en el mismo bar con nuestros colegas de la nacional, los cuales nos tocaron los huevos (literal), como a auténticos delincuentes. Ahora seguir a tu equipo, y ser joven, te convierte en un terrorista.
Entramos al campo, bien cargaditos, colgamos pancartas, banderas y demás parafernalia, y animamos como siempre. Hasta la extenuación.
Lástima el resultado, no se puede ser tan cagón ante tal pésimo rival como fue el Hércules.
Y el que quiera saber más, que viaje, o se cree un grupo en la otra esquina, que también está vacía. O que se venga con nosotros, que si da positivo, lo adoptamos.
PD: Un saludo al hijo de puta que nos desinfló las ruedas de la furgoneta.