19 de diciembre de 2010

Carta desde Madrid

¿Cómo describir esa sensación de orgullo al levantar la cabeza y proclamar que tu único e inmortal equipo es el Real Zaragoza? ¿Cómo describir la falta de inteligencia de aquellos que no entienden que, aparte de ser del Real Zaragoza, no puedas tener preferencia entre el Barça o el Madrid, y que incluso odies a los dos?  ¿Cómo inmortalizar el momento en el que, viendo un Real Zaragoza-Real Madrid en una sala de televisión, eres el único que lleva la camiseta del equipo de su ciudad, y que todos los demás son del Madrid, aun no siendo ninguno de ellos madrileño?

                No se me ocurren palabras para describir esta sensación, este ORGULLO por el Real Zaragoza, a pesar de vivir en Madrid por circunstancias personales desde hace menos de un año. La gente, a mi alrededor no concibe que alguien pueda no ser de uno de los dos “grandes”. Cada vez que se repite esta situación, mi pasión por nuestro equipo aumenta y sé que no va a parar. Porque ya sabemos todos lo que significa ser del Real Zaragoza. Es mucho más que decantarse por él, es sentir amor por unos colores, el blanco y el azul, por una historia, por Zaragoza, por Aragón. Es llevar por bandera el león rampante, sediento de venganza tras estos años de penurias, agazapado en busca del momento de abalanzarse hacia un futuro de gloria. Ser del Real Zaragoza es una gran responsabilidad además, ya que si no lo defendemos nosotros, ¿quién lo hará? 

                A mí, personalmente, me dan igual los partidos de fútbol que no tengan que ver con mi equipo, no contemplo la posibilidad de prestarles atención ni tan siquiera, porque no tengo ninguna motivación especial. ¿Qué me importa a mí ver a veintidós tíos en pantalón corto correr detrás de un balón? Yo lo que quiero ver es al Real Zaragoza, volverme loco, sentir pasión irracional, dejarme la voz y la piel sea donde sea, luchar hasta el final por un sentimiento descomunal que es imposible refrenar. Éste debería ser el sentir de todos los zaragozanos, porque ZARAGOZA NUNCA SE RINDE, porque AYER, HOY Y SIEMPRE, A ZARAGOZA LA DEFIENDE SU GENTE, y finalmente, porque siempre seremos la MUY NOBLE, MUY LEAL, MUY HERÓICA, MUY BENÉFICA, SIEMPRE HERÓICA E INMORTAL CIUDAD DE ZARAGOZA.